Yoga en casa: 10 consejos imprescindibles
Tabla de Contenidos
- Consejo inicial para hacer Yoga en casa
- 1. Ropa cómoda
- 2. Espacio personal de Yoga en casa
- 3. Reserva tiempo para el Yoga
- 4. Enfócate en la calidad de los ejercicios
- 5. ¿Practicar Yoga acompañado? ¡Desde luego!
- 6. Elimina las interrupciones
- 7. Visualización
- 8. Respiración y equilibrio en la postura
- 9. Música para hacer Yoga en casa
- 10. ¡Disfruta!
Consejo inicial para hacer Yoga en casa
Un consejo. Ponlas en práctica aunque creas que no son tan importantes, o aunque creas que pueden causarte una muerte instantánea, como poner el móvil en modo avión. La preparación para hacer Yoga en casa es casi tan importante como la práctica en sí misma.
1. Ropa cómoda
Utiliza ropa cómoda que te permita moverte con facilidad, tanto si realizas el Yoga en casa o fuera. Por supuesto evita unos vaqueros estrechos, pero aléjate también de la ropa muy holgada. Imagina que tienes que pasar el brazo izquierdo por encima de la cabeza, hacia el lado derecho, y te da una súpermanga que no se ajusta al brazo. Es molesto.
Quítate todo lo que no sea la ropa: reloj, anillos… Si puedes quitarte las gafas, mejor, porque hay posturas que pueden hacer que se te escurran. Si no, no pasa nada.
Si no quieres quitarte un anillo o un colgante muy especial, no lo hagas, pero míralo de este modo: si te lo quitas antes de la sesión, y al acabar te lo vuelves a poner, estarás pensando en ello al menos dos veces, rompiendo la rutina de llevarlo siempre, y no acordarte nunca.
2. Espacio personal de Yoga en casa
Dispón de espacio suficiente para realizar los ejercicios, y un poco más para no sentirte aprisionada/o al doblar las piernas o estirar los brazos, como te ofrece una WideMat. Con mucha más razón si decides vivir este proceso de autoconocimiento (eso es el Yoga en esencia) con un acompañante, ya sea de manera habitual u ocasional.
Mucho mejor si siempre es el mismo lugar, que se convertirá en tu lugar para hacer Yoga en casa, aunque no pierdas la ocasión de vivir nuevas experiencias. Por ejemplo, prueba a hacerlo en la playa. Eso sí, ten en cuenta que para practicar con tranquilidad, sería conveniente que sea por la mañana temprano.
Este espacio sería bueno que tuviera un buen ambiente. Es decir, lo bueno del Yoga en casa es que puedes decorar tu espacio como prefieras. Aprovecha que eres tú quien elige la luz, a lo mejor unas velas, o el olor: puedes tener el ambientador de siempre o uno especial para tu espacio personal de Yoga en casa, que sería muy interesante porque tu subconsciente aprenderá a asociar ese olor con la tranquilidad y paz interior que sientes cuando practicas Yoga en casa.
Puedes utilizar un truco que les encanta a muchas amigas mías. ¿Sabes esos palitos que se meten hasta la mitad en un frasco con perfume, y cuando se empieza a ir el olor les das la vuelta? Puedes llevar uno de esos palitos en el bolso, y si estás en una situación estresante, lo hueles. A lo mejor disimuladamente si te da vergüenza parecer un poco rara, o entre cliente y cliente, o… cuando tú veas. El resultado es que experimentarás otra vez las sensaciones de cuando estás haciendo Yoga en casa.
Por último, todos hemos tenido vecinos que parece que disfrutan haciendo obras, o un familiar que está escuchando música no precisamente ideal para poder hacer Yoga en casa, o la tele. La música para hacer Yoga suele ser suave, no muy alta, por lo que si continúas oyendo al vecino, lo mejor será que vayas a una farmacia y compres tapones para los oídos, que te ayudará a guardar la calma y estar libre de ruidos mientras haces Yoga.
3. Reserva tiempo para el Yoga
Busca un momento del día en el que puedas estar tranquila/o, y resérvalo para ti. Si eres consciente de que la práctica del Yoga puede crear un impacto en tu vida, en el día a día, entenderás que lo ideal es elegir un momento de la jornada que sea especialmente tuyo, para el Yoga y la preparación para hacer Yoga en casa se puede convertir en el inicio de tu ritual.
Ese momento puede ser al levantarse (Saludo al Sol), al atardecer, por la noche (Saludo a la Luna, Yoga Nidra) o cuando tú veas. Entendemos que entre semana es más difícil hacerlo al levantarse, pero en fin de semana, ¡es lo mejor!
En esos días, que dispones de más tiempo, tu preparación para hacer Yoga tiene que ser especialmente buena.
4. Enfócate en la calidad de los ejercicios
Si por la razón que fuera tienes menos tiempo, haz menos ejercicios o menos repeticiones de cada uno, no vayas con prisas. Tómate tu tiempo. Es mejor hacer cinco repeticiones bien hechas de dos ejercicios, que cinco de tres corriendo. Además, las prisas llevan el mensaje implícito de que se trata de un mero trámite que tienes que superar cuanto antes, cuando el Yoga es conocerse mejor, estar en unión con uno mismo y con el Universo, y lleva su tiempo. Es más, merece tu tiempo.
Más no es mejor, necesariamente. Enfócate en la calidad.
Además, poco a poco irás acostumbrándote a poner todo tu corazón en las pequeñas cosas de la vida, que van sumando y pueden cambiarte por completo. Aprovecharás el tiempo mejor que la mayoría de la gente. Aprovechar el tiempo no consiste en que seas una máquina de trabajar, súperproductiva, sino que lo que hagas, lo harás bien porque tendrás mayor capacidad de concentración.
5. ¿Practicar Yoga acompañado? ¡Desde luego!
Tranquilidad no es soledad. Recordemos que el Yoga es una forma de conocernos a nosotros mismos, y que es necesario tener sesiones a solas, pero también hay un hueco para practicar Yoga en pareja, con un amigo, alguien que te instruya, un familiar, etc.
Elimina la competitividad al hacer tus ejercicios, sobre todo si haces Yoga en casa, que será con alguien importante en tu vida. Cada uno tiene que hacer las cosas de la mejor manera posible y ya está. No seas como unas tías mías que compite entre ellas por ver quién camina más, cuando todo empezó por bajarse una app en la que se podía compartir lo que caminas. Empezó como algo súpersano, y lo transformaron en algo con lo que no se sentían a gusto, siempre haciendo más que su rival el día anterior.
¿Resultado? Dejaron de caminar cuando una de ellas tuvo un esguince (no seas malpensado y creas que se lo inventó para dejar de competir), se fue retrasando el momento en que retomar la actividad, y cuando les pregunté, con una pizca de maldad, lo reconozco, cuántos km hacían, una contestó que tuvo que borrar la app porque no le funcionaba bien el móvil de la cantidad de fotos y videos de su nieta. Claro, fue culpa de la nieta que dejaron de hacer algo sanísimo para ellas. Seguro.
La conclusión es clara: cuando hagas tus ejercicios de Yoga en casa con alguien, intenta hacer las cosas de la mejor manera que tú puedas, pero no te estreses si tu acompañante lo hace mejor. Y un último consejo a este respecto. Deja esto claro en la primera sesión. El Yoga sirve como camino de autodescubrimiento personal, y si empiezas sin saber mucho no pasa nada, y si alguien lo hace mejor que tú… ¡perfecto! Más aprenderás.
6. Elimina las interrupciones
Eso sí, pon el móvil en modo avión o siléncialo, que no te interrumpan. Si tienes miedo a una posible llamada urgente, te sorprenderá ver lo raras que son. Y los memes, los videos de niños mordiendo el dedo a su hermano y los gatitos seguirán donde están. El mundo puede esperar a que tú te tomes tu tiempo para el Yoga en casa.
Una vez superado tu principal obstáculo, avisa a tus familiares o con quien vivas de que necesitas un rato de tranquilidad. Hay quien entiende que quieres hacer Yoga, y unos pocos creerán que es una tontería, “eso para qué sirve”, etc. A ellos diles que tienes que hacer algo importante, sin más. Por su bien, ve poco a poco contándole los beneficios de hacer Yoga en casa o en un centro, dejando caer que, por ejemplo, te notas menos estresada/o, que te notas más flexible… y déjalo pasar. No lo entiende porque nunca lo ha hecho y no conoce sus beneficios.
7. Visualización
En el caso de practicar en pareja es especialmente importante la visualización como parte de una buena preparación para hacer Yoga en casa. ¿Por qué? Rompería la armonía ponerse a hablar entre una postura y otra sobre cuál será la siguiente. No porque os podíais poner a discutir (solo faltaría adentrarse en la doctrina de la unión con uno mismo y con el Universo, y acabar discutiendo con la persona que tienes al lado), sino porque alteraría el ritmo lento de respiración, y la pausa entre una postura y otra no se dedicaría a descansar, reflexionar, sentir, etc. Por tanto, visualiza para tener una imagen mental clara de cómo se desarrollará la sesión.
La práctica es un proceso de mejora continua. Cada vez te sentirás mejor, adáptate mientras llegan los resultados. Paciencia.
Sigue un orden para conseguir un hábito. Es lo mejor al principio, luego podrás introducir variaciones, en la medida en que te vayas sintiendo mejor. Sobre todo porque al empezar tus conocimientos pueden ser un tanto limitados. Antes de ponerte a buscar en Internet entre postura y postura, piensa en ese orden. Os recomendamos empezar con tres posturas, como mucho cuatro, y hacer varias repeticiones.
Puedes programar variaciones o dejarte llevar. Por ejemplo, cuando empieces a tener dominadas esas tres posturas gracias a la práctica constante, aprende una nueva y que cada día sustituya a una de las dominadas. En otras ocasiones, notarás que tu cuerpo te pide cambiar las posturas a mitad de sesión. ¡Escucha a tu cuerpo! Si entiendes que hay cierto tipo de conocimiento que se obtiene a través del subconsciente, o sexto sentido, también entenderás por qué puedes dejarte llevar.
No confundas hábito y rigidez. Es bueno tener costumbres positivas, pero tampoco eres Hannibal del Equipo A (“Me encanta que los planes salgan bien”). Tú no necesitas un plan meticuloso, al menos cuando estés sobre la WideMat de Yoga.
En cualquier caso, ¡tener una secuencia base es una gran idea!
Enfoca tu mente en aquellos músculos que usas, siendo consciente de los mismos. Vive el Yoga como lo que realmente es, reparando en que conocerte mejor es parte de ello, que para alcanzar la unión de tus tres dimensiones (física, mental, espiritual) tienes que conocer tu cuerpo.
Cuando estires los brazos, piensa y siéntelos. Cuando te inclines, sé consciente de que hay multitud de músculos en la espalda, movidos al instante desde que tu mente les da esa orden. Si flexionas una pierna, piensa en que esa orden la das muchísimas veces, e intenta identificar los músculos que se mueven.
Ejemplo a evitar: cuando andamos por la calle, no somos conscientes del proceso para moverse, dado que es algo repetido tantas veces que lo que ocupa nuestra mente consciente son otras cosas, como la gente, la música que escuchas, el semáforo, etc. quedando a cargo de la mente subconsciente nuestro andar.
Al inicio, al final y durante los movimientos intermedios, muévete lentamente. Repetimos, la prisa no es buena aliada. Si practicas Yoga en casa, puedes tener el tiempo que quieras. Nadie va a cerrar el chiringuito.
8. Respiración y equilibrio en la postura
Respiración:
a) Respira siempre por la nariz. Hazlo lentamente, notando como se llenan tus pulmones. Aprovecha para pensar que ese aire que necesitas es una de las formas en que conectas con el Universo, que provee esas sustancias gratis.
b) Entre postura y postura, entre asana y asana, espera a que se normalice la respiración. Normalmente basta con un minuto o dos. E intenta reflexionar sobre cómo ha recibido tu cuerpo esos ejercicios.
Postura y contrapostura: si la postura es con una pierna hacia la izquierda, luego repítela hacia la derecha. Esto se debe a que la energía vital que se absorbe a través del Pranayama (respiración yóguica) se distribuye por el cuerpo, y el objetivo es que se haga de manera equilibrada.
9. Música para hacer Yoga en casa
Música. Disfruta del silencio, pero también es parte de una buena preparación para hacer Yoga elegir algo como sonido de fondo. ¿Cualquier música? No, está claro. La razón por la que se escuchan pajarillos y no monos es que buscamos estar relajados.
Un truco sencillo es ir a nuestro canal de YouTube, donde tenemos una lista de reproducción con sonidos de la naturaleza, relajantes y algunas pistas de música.
10. ¡Disfruta!
LO MÁS IMPORTANTE: ¡Disfruta! Antes dijimos que es bueno tener un “programa”, es decir, tener una imagen mental de lo que va a ser la sesión. Esto es especialmente cierto para los que se inician en el Yoga. Pero sigue tu instinto, si no te apetece una asana (así se llama a las posturas en sánscrito), y sí otra, haz la que te indica tu sexto sentido. Hay una relación (que explicaremos en otro post) entre el sexto sentido y la forma en que el Universo se comunica contigo.
Y para terminar, si te ha gustado este artículo sobre preparación para hacer Yoga en casa, compártelo. Y si tienes algún consejo más te espero en los comentarios. Cuéntame qué es lo que más te ayuda a prepararte bien para cuando haces Yoga en casa.
Si quieres más información sobre cómo hacer yoga en casa puedes ver este artículo.
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